Dormir bien no solo es cuestión de cantidad de horas de sueño, sino también de su calidad.
Un sueño reparador es fundamental para mantener una buena salud física y mental, mejorar el rendimiento laboral y enfrentar el día con energía suficiente.
Crear una rutina de sueño, que avise a nuestro cuerpo y nuestro cerebro que ha llegado el momento de dormir, es uno de los hábitos más saludables y a la vez de los más difíciles de adquirir, pero una vez logrado, sus beneficios son más que satisfactorios.
A continuación, te compartimos cinco claves infalibles para crear una rutina nocturna que favorezca un descanso profundo, revitalizante y de calidad.
Horas recomendadas de sueño 1. Mantén horarios regulares
según edad y sexo
El sueño necesario varía a lo largo de la vida y también puede diferir según el sexo. A continuación, te Acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, ayuda a regular el reloj biológico y facilita conciliar el sueño. Esta constancia refuerza el ciclo natural de sueño-vigilia y previene despertares nocturnos innecesarios.
Si no logras dormirte en 20 minutos, es recomendable salir de la habitación y realizar una actividad relajante hasta sentir sueño nuevamente, para así evitar la frustración y el malestar que genera el no conciliarlo. Algunas opciones de actividades pueden ser: leer, realizar una meditación, beber una infusión con alguna hierba relajante como la manzanilla, la melisa y la lavanda o escuchar música suave.
2. Limita el uso de pantallas y dispositivos electrónicos
La exposición a la luz azul de móviles, tabletas y computadoras antes de dormir inhibe la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
Por eso, se recomienda no utilizar estos dispositivos al menos una hora antes de acostarse y optar por actividades relajantes como leer un libro o escuchar música suave.
3. Cena ligero y temprano
Las cenas muy abundantes, hipercalóricas o ricas en azúcares y grasas dificultan la digestión y pueden afectar la calidad del sueño.
Lo ideal sería cenar ligero, preferir alimentos fáciles de digerir y hacerlo al menos dos horas antes de ir a la cama.
Es importante evitar el consumo de cafeína, alcohol y nicotina en las horas previas al descanso.
4. Crea un ambiente propicio para dormir
El entorno del dormitorio influye directamente en la calidad del sueño. Asegúrate de que tu habitación sea oscura, silenciosa y fresca. Usa cortinas opacas, mantén la temperatura agradable y limita el ruido externo. Utiliza la cama solo para dormir y evita realizar otras actividades como trabajar, comer o ver televisión en ella.
5. Incorpora actividades relajantes antes de dormir
Dedica los últimos minutos del día a actividades que ayuden a relajar tanto tu cuerpo como tu mente. Puedes practicar ejercicios de respiración, meditación, tomar un baño caliente o realizar una breve lectura. De este modo se reduce el estrés y se prepara al organismo para un sueño profundo, reparador y de calidad.
Adoptar estas cinco claves en tu rutina nocturna puede marcar la diferencia entre una noche de insomnio o de mal sueño y un descanso verdaderamente reparador.
Recuerda: dormir bien es invertir en tu bienestar y productividad diaria.
Redacción: Geraldine Boyer